Blanquiazules y albinegros se midieron en la última cálida noche de LaLiga SmrtBank sin mucho en juego. La Rosaleda despedía una temporada compleja en lo deportivo, satisfactoria en cuanto al resultado y desangelada en su grada. Un adiós con esperanza de un nuevo curso con regreso de normalidad. El equipo de Pellicer, en la grada por sanción en su último partido al mando, buscó con ritmo adelantarse en el marcador. Es cierto que la acumulación de kilómetros en los gemelos de los malaguistas pasó factura con el devenir de los minutos, pero los locales no renunciaron merodear portería contraria cuando surgía oportunidad.
Finalmente, el gol cayó por su propio peso. Caye Quintana firmó el 1-0 en el 42’ tras una triangulación en el epicentro del área. El ariete definió con dulzura para acomodar el cuero al fondo de la red tras la salida en falso del portero rival. Raso y con cadencia elegante, acabó entrando el balón para la alegría del delantero y sus compañeros. Con este resultado se llegó al descanso.
En la pausa, la presidenta y la capitana del Rincón Fertilidad de balonmano femenino, Pepa Moreno y Sole López, presentaron sus trofeos recientemente conquistados que han puesto al deporte malagueño en el pedestal más alto de la disciplina.
Tras la reanudación, el juego continuó con la misma tónica. Los blanquiazules dominaron el ritmo del partido y secuestraron el esférico.
Tan parecidas fueron las mitades, que en el 65’ el cuadro local firmó el 2-0 con una jugada muy similar a la primera. En este caso el autor fue Stefan, pero la coreografía fue casi calcada. Una nueva triangulación en el balcón del área que acaba rematando el delantero ante la salida errada del portero contrario.
Poco antes de los tres pitufos finales, en el 86’, Stefan se inventó una delicada vaselina para volver a salvar al cancerbero rival. El delantero, con clase, tocó levemente un balón que le caía picado para imprimirle un efecto inalcanzable para cualquier guardameta (3-0).
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