El encuentro, igualado en sus compases iniciales, se tronó muy complicado para los blanquiazules (de negro en esta ocasión) desde muy pronto. Los de Mel se quedaron con un efectivo menos sobre el verde por la expulsión de Javi Jiménez. El colegiado mostró una rigurosa roja directa al lateral en el 14’ de juego.
Los locales aprovecharon su superioridad para multiplicar su presencia en área malaguista, pero ni la defensa ni un prodigioso Rubén Yáñez permitieron que se adelantasen en el marcador. En los minutos 29 y 39, el cancerbero obró sendas paradas de extraordinario mérito que le permitió mantener su portería a cero. El descanso llegó con el marcador impoluto.
En la segunda parte, la tónica fue similar. El Real Zaragoza pretendió imponerse aprovechando su superioridad numérica, pero un imperial Yáñez les cerró la puerta una y otra vez. 63’, 64’ y 76’, en esos minutos el portero volvió a repetir la foto de unas manos milagrosas que evitaron el tanto zaragocista ante la incredulidad de los presentes.
Haitam ingresó en verde fresco y eléctrico en el 78’ y apenas tardó un minuto en ponerlo todo patas arriba. El extremo se introdujo en el área con gran facilidad desde el flanco derecho y perforó la portería contraria con un preciso y muy estético disparo que se coló por el segundo palo. El cuero dibujó una envenenada parábola inalcanzable para el guardameta local (0-1, min 79).
El cuadro maño volcó todos sus esfuerzos en ataque y, finalmente, lograron la igualada. Guiliano Simeone aprovechó el bosque de piernas que obstaculizaba la visión a Yáñez para firmar el 1-1 en el 88’.
Los últimos minutos fueron de gran tensión, pero sin repercusión en el resultado final. Con empate a uno finalizó un encuentro que le dio al MCF un punto que, por el mérito de lo jugado, debe ser de inflexión.
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