
El Real Madrid reina en Europa. Han transcurrido 12 años, pero la espera ha merecido la pena. Los blancos alzaron la Décima al cielo de Lisboa después de un partido vibrante, físico, sin tregua y que se decidió en la prórroga. Si Ancelotti soñaba con un encuentro parecido al de Múnich, ya sabe que la realidad a veces supera a la ficción y obtuvo como respuesta una inmensa entrega de los suyos. El equipo estuvo de matrícula de honor sobre el césped y la afición no lo fue a la zaga en las gradas.
Los madridistas tuvieron la posesión y su rival la fortuna en la primera mitad. Demasiada para lo que hizo sobre el césped en los primeros 45 minutos. De hecho, y hasta la jugada embarullada que terminó en el gol de Godín, los blancos dispusieron de dos claras ocasiones.
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