
"Era un futbolista que no me gustaba particularmente. Ningún club le quería y yo me sentía muy feliz echándoselo en cara. Le encontraba extremadamente perezoso. Un día me dijo: '¿Cómo vamos a poder ganar nada contigo como entrenador?'. Estuve a punto de agredirle físicamente, pero al final no lo hice", aseguró Roy Keane, ex-jugador del Manchester United.
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