
“No tengo claro que todos los que fueron a votar por el ‘Espai Barça’ conozcan los riesgos que conllevarían esas obras. Al Barça no lo pondré en riesgo. En 1957, cuando se construyó el Camp Nou, se valoró en 80 millones las obras y costaron 280 al final. Eso acabó pagándolo muy caro el club. Hay compañías que quieren patrocinar al Barça. Eso es evidente. Al mejor equipo del mundo ahora y hace años. Al Chelsea, Yokohama, le ha firmado por 55 millones de euros o Chevrolet, 80 al Manchester United, que no gana una Champions desde hace años. Uno de los principales clientes de Rosell era el gobierno de Qatar. Tienen una especie de obsesión con Qatar. Por mí ese contrato ya lo pueden romper”.
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