
"Es el inicio de una nueva era para el fútbol mundial. La prisión de varios dirigentes en la última semana hizo que se disparase la mayor crisis enfrentada por la FIFA, y Blatter, que hasta entonces decía no tener nada que ver con las investigaciones, no soportó una semana de presión. Todos los gestores corruptos de las confederaciones, alrededor del mundo, sentirán su caída como un tsunami. En las últimas décadas, la FIFA se transformó en una máquina de ganar dinero. Interés que se situó por encima de la misión del fútbol de unir a los pueblos, derrumbar las barreras sociales, despertar pasiones. Es hora de retomar la misión social", dijo Romario sobre la renuncia de Blatter.
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