Desde entonces no he cumpido años, sino temporadas. 27 en total. Más de media vida dentro de una caseta, sufriendo y disfrutando con las desventuras de mi equipo. Muchas uñas, cigarros, oraciones a mi Chiquito, noches en vela, abrazos de Champions, de ascensos o de permanencias; y lágrimas de descensos y adioses. Ahora derramo las primeras lejos de La Rosaleda. Casi no me quedan. Nada volverá a ser lo mismo sin el olor a diario a césped de mi casa de Martiricos.
Toca levantarse y seguir. Es el segundo ERE que golpea a mi familia, pero en Villa Salcedo-Pazo no nos rendimos jamás y seguiremos luchando. Ahora toca descansar y compartir con mi familia todos los fines de semana y disfrutar con ellos de eventos en los que jamás pude estar.
Así que quería aprovechar y despedirme de vosotros, malaguistas, mis amigos para siempre. Gracias a todos por el apoyo que nos habéis brindado a diario, os hemos sentido tan de cerca que hemos sido uno en las buenas y en las malas. Gracias a los muchísimos jugadores y entrenadores que han pasado en estas tres décadas y que siempre me han tratado con respeto y con cariño. A todos les he intentado transmitir la pasión por el Málaga y nuestros valores. Tendría que escribir otra carta para poder nombraros a todos. ¡Sabéis que os llevo conmigo siempre!.
A todos mis compañeros y empleados: mucha fuerza a los que han salido conmigo y ánimo a los que se quedan. También a los medios y a las personas que me he cruzado en este camino que toca su fin. Ahora seguiré apoyando desde otro sector, porque NADIE podrá romper nunca este sentimiento. Mi corazón tiene la forma del escudo de mi Málaga. Voy a echaros mucho de menos a todos.
Hasta pronto!
Vuestro amigo el ‘Pichita’ Juanki".
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