
Riogordo es un pueblo blanco de la Axarquía, enclavado en la depresión que forma el río de la Cueva, entre la sierra de Camarolos y los Montes de Málaga. A medio camino entre relieves suaves y tajos escarpados, su paisaje se dibuja con trazos de cereal, olivo y cortijos encalados. El entorno natural de Auta, con los tajos de Gomer y Doña Ana como estampa inconfundible, invita a caminar a la vera del río y descubrir, paso a paso, el alma del valle.
Fue uno de los últimos pueblos de la comarca en ser conquistado por los Reyes Católicos. El trazado morisco de algunas calles, los antiguos tejares o las hornacinas que coronan las fachadas de sus casas —trece en total, algunas del siglo XVI— cuentan historias de resistencia, de fe y de reconstrucción. Aún resuena el eco de Omar ben Hafsun, que se cree nació en Auta, y cuya rebelión desafió al mismísimo Abderramán III. O del cura de Riogordo, cuya bravura durante la invasión napoleónica dejó huella entre los suyos y más allá.
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