

"Hablábamos con él. Le decíamos que estaría obligado a trabajar con Mourinho, que no sería la estrella que es aquí, que aquí podría ser el mejor del mundo... Salí de la reunión con el padre del jugador abatido". No teníamos posibilidad de igualar lo que le ofrecían".
"Volví a casa, me tomé un tranquilizante y dos copas de vino ya convencido de que habíamos perdido a Neymar, ha explicado el presidente, recordando que las ofertas del Madrid y del Barça sobrepasaban cualquier límite. Fueron los meses más dramáticos de mi vida. Engordé ocho kilos en cuatro meses", dijo Luis Álvaro de Oliveira a Lancenet.
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