
“En mi segundo año allí, contratamos a Eto’o. Con su llegada al vestuario hubo varios problemas que se solucionaron. Tuve que explicar a algunos miembros de su plantilla su fichaje. Más tarde, Samuel comenzó a interferir en mi trabajo. Quería controlar el club por sí mismo, ocupando mi puesto y el del entrenador, Guus Hiddink”, dijo Roberto Carlos.
“Le conozco desde que tenía 16 años y desde entonces siempre me gustó. Es una buena persona, pero siempre piensa en él y no en el grupo. Cuando un futbolista, en vez de jugar, está interesado en la contratación de jugadores que son sus amigos la situación resulta confusa y extraña. En el Anzhi hizo de todo menos jugar al fútbol”.
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