
"Sus palabras fueron absurdas, para justificarse, yo salí siete veces de Brasil para trabajar en el exterior y puedo entender que a él le costara adaptarse, pero eso no es una excusa válida para hablar de una situación que se producía en China hace muchos años, no ahora. Ahora los clubes chinos están enojados con los brasileños porque piensan que venimos a llevarnos el dinero y no a ayudar a la evolución del fútbol en el país. Esto puede cerrar puertas en el futuro", ha dicho Luiz Filipe Scolari, entrenador del Guangzhou Evergrande.
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