 
Los jugadores se miden en un reconocimiento físico que incluye: 
Análisis de composición corporal donde se ha empleado un “Densitómetro Dual Fotónico de Rayos X” (DXA) para medir diferentes parámetros de la composición corporal como la masa muscular, la grasa y la densidad mineral ósea, algo fundamental en el control de la respuesta al entrenamiento de alto nivel. 
Electrocardiograma (ECG) donde se extrae información relevante relacionada con la fuerza, posibles irregularidades o morfología del corazón y sus cavidades, lo que posibilita identificar arritmias, insuficiencias cardiacas, lesiones, etc. 
Test Maximal Incremental o prueba de esfuerzo con gases, en donde el futbolista corre sobre una cinta con una máscara y se extraen datos como el consumo de oxígeno, producción de dióxido de carbono, umbral aeróbico y anaeróbico.
 

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