
Benaoján, enclavado en la comarca de la Serranía de Ronda, se sitúa entre la Sierra de Líbar y el río Guadiaro, rodeado de paisajes que parecen sacados de un sueño. Sus calles estrechas, de origen árabe, y las casas encaladas reflejan la esencia de un pueblo que guarda con mimo su historia y tradición. En sus rincones, la industria chacinera se deja sentir, un legado que ha marcado el carácter de esta localidad.
Este territorio ha sido testigo de milenios de historia, desde la lucha por la supervivencia en tiempos prehistóricos, reflejada en las pinturas de la Cueva de La Pileta, hasta su legado árabe, que se guarda en el nombre Ibn "Uyan, "casa de panaderos". En 1487, los Reyes Católicos destruyeron su castillo, y, tras la conquista cristiana, los moriscos fueron abandonando lentamente sus tierras. En 1571, 60 familias de cristianos viejos de Castilla repoblaron la villa, comenzando un nuevo capítulo lleno de esperanza y renacimiento.
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