El Sevilla, con Álvaro Negredo como solitaria referencia, hundió un poco más a un Real Zaragoza que acaba la jornada en puestos de descenso, en un partido en el que los sevillistas pusieron un poco más de juego que su rival para llevarse tres puntos que les dan oxígeno y les permite quebrar su negativa racha.
Los zaragocistas a pesar de lo mucho que se jugaban expusieron sobre el césped de La Romareda muy pocas razones y argumentos, salvo el impulso de coraje en la recta final, para hacer pensar a su afición que pueden romper su pésima racha en la que únicamente han sido capaces de sumar un punto en los seis últimos partidos. Desde que el balón comenzó a rodar, el conjunto sevillano fue el único que asumió su manejo ante un adversario excesivamente temeroso y atenazado que le costaba en exceso trazar cualquier tipo de combinación.
A los hombres de Marcelino García Toral les resultó demasiado fácil ir avanzado metros en sus posiciones hacia la portería defendida por Roberto Jiménez y, ya desde los primeros minutos, empezar a ponerle cerco y crear sus primeras ocasiones claras para marcar.
EFE.
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