
¿Qué siente un futbolista al entrenarse en un campo mítico como el del Vasco de Gama?
Había mucha gente que no sabía que entrenábamos en el campo del Vasco. Por fuera parece una plaza de toros. Con todos los respetos se le ve un poco ruinoso, pero tiene un misticismo especial.
¿Tú en que mesa te sientas? ¿En la de Casillas y Arbeloa?
Sí, en la misma. Al final no hay ningún problema entre nadie, de eso nos encargamos todos y yo tengo la suerte de estar en una mesa de grandes amigos.
Reina ha sido el gran pacificador de muchas movidas y distintas sensibilidades en la Selección.
En todos los grupos es hasta necesario que haya movidas. No todo puede ser un camino de rosas, paz y armonía. Es imposible que te lleves bien con todo el mundo, pero no es imposible que te respetes. El compañerismo y el respeto es innegociable. En la Selección ha habido momentos duros en los que nos hemos juntado y nos hemos dicho: vamos a hacerlo por nosotros y por nuestro país y a partir de ahí se están viendo los resultados.
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