
El Borge, situado a los pies del Cerro Cútar y bañado por el río homónimo, es un paraíso de la Axarquía donde las viñas y los olivos tiñen de verde sus lomas. Con sus suaves pendientes y paseros tradicionales, este municipio se convierte en un retrato perfecto del paisaje malagueño. Frontera natural entre los Montes de Málaga y la Axarquía, el municipio invita a perderse en su calma y autenticidad.
El Borge, nacido entre campos y montañas, cuenta una historia de raíces profundas y carácter indomable. Sus primeras casas, dispersas y sencillas, reflejan el espíritu de aquellos pastores que, hace siglos, hicieron de estas tierras su hogar. Durante el levantamiento morisco, el pueblo se convirtió en un símbolo de resistencia, apoyando a los suyos en la búsqueda de libertad. En lo alto, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario vigila desde hace siglos, con su esencia mudéjar intacta. Y, entre sus leyendas, resuena la figura del Bizco de El Borge, un bandolero cuyo nombre aún vive, rodeado de misterio y valentía en la memoria popular.
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