
Situada al norte de la provincia y abrazada por los campos de cereal y olivares que visten la comarca de Antequera, Fuente de Piedra se alza entre horizontes suaves, coronados al oeste por el Pico del Pollo. Pero si algo define a este municipio es su laguna, un humedal de extraordinario valor ecológico que acoge la mayor colonia de flamencos de la península ibérica. A solo 73 kilómetros de Málaga, la localidad combina naturaleza, historia y tradición en un enclave donde la calma y el color se entrelazan.
La historia de Fuente de Piedra se remonta al siglo XVI, aunque las aguas que dan nombre al municipio ya eran veneradas en tiempos del Imperio romano. Prueba de ello es el ara conservada en Antequera, erigida en honor a la “fuente divina” por sus supuestas propiedades curativas. El pueblo nació como un arrabal impulsado por la necesidad de albergar a los que peregrinaban en busca de sanación, y con los siglos, fue creciendo entre curas, escribanos y vasijas selladas que llevaban sus aguas hasta el Nuevo Mundo.
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