En Anfield las cosas están que arden. Rafa Benítez renovó hace unas semanas con la condición de maniobrar con absoluta libertad a la hora de acudir al mercado. El técnico iba a tener manos libres y una generosa partida económica para moverse a sus anchas en la remodelación de la plantilla.
Pero la realidad no se corresponde con las promesas concretadas en su día. El club inglés arrastra serias dificultades económicas y en estos momentos parece que antes de hablar de incorporaciones, los ‘reds’ deberán concretar algunas salidas de peso que alivien su demacrada economía.
En los últimos días, y teniendo en cuenta las presiones del mercado, Benítez habría estipulado un orden de prioridades que permitiera reestructurar un vestuario sin que se resintiera su calidad.
Al técnico del Liverpool no le ha quedado más remedio que abrir la veda. Muy a su pesar entiende la necesidad de sacrificar algunas de sus estrellas en beneficio del bien común. Y ahí sobresale el nombre de Javier Mascherano.
El Barça está detrás y todo parece casi hecho en su entorno y en Can Barça.
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