¿Quién le llevó primero a la Rosaleda?: "Sinceramente, no sé decirle, pero creo que sí. He ido muchas veces, pero como mi familia es tan futbolera, de chiquito me llevaban. También con mi madre. Y cuando jugaba en el Puerto Malagueño nos daban entradas".
Los más contentos de su vuelta a Málaga: "Mi padre y mi madre sobre todo. Estaban como locos el día que dije que se podría hacer, que fue el último día del mercado. No paraban de llamarme. Estaba muy nervioso porque todos teníamos claro que quería venir aquí".
Muy de barrio: "Yo siempre he sido un chico de barrio. Donde yo aprendí a jugar al fútbol es en el barrio. Siempre me dijeron que llevaba algo innato dentro. Ese talento más la formación que te dan grandes clubes te hacen seguir avanzando".
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