
Para comprender su trascendencia en la historia del CD Málaga y del Málaga CF solo hay que saber que la puerta 18 de La Rosaleda lleva su nombre. Desde su llegada al CD Málaga como chófer oficial, vivió por y para el club de Martiricos. Además de conducir el autobús del equipo, ha sido conserje, vigilante, jardinero, delegado de campo e, incluso, ejerció como masajista del filial en un corto periodo de tiempo.
Andrés es todo un ilustre en la familia malaguista. Lo conocen todas las generaciones de jugadores y trabajadores que han transitado por La Rosaleda desde aquel año 66 hasta nuestros días, más de uno ha compartido mesa y mantel en su casa, y son incontables sus anécdotas. Por ejemplo, el propio Johan Cruyff le felicitó en persona por el impecable aspecto del terreno de juego que se encontraba a su cargo. Perales se jubiló en el año 2010, pero ha seguido haciendo vida en su hogar, La Rosaleda, donde ha criado a su numerosa familia de siete hijos junto a su esposa Antonia.
Descensa en paz, Andrés.
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