
“Me acuerdo que el primer día que entrené con la Real me pusieron de comodín y sufrí muchísimo, porque no quería perder los balones y estaba un poco incómodo. Me acuerdo que sufrí mucho. Estaba en Japón y me llamaron y me dijeron que tenía una oferta de la Real. Les dije que la pensaría cuando volviese a España y así fue. La pensé seriamente, porque llevaba tres años en los que no me salían las cosas como pensaba, sobre todo el último, y tenía que decidir bien mi futuro. Hablé en Madrid con el presidente, con Jokin Aperribay, y en la charla que tuvimos, ya decidí venir a la Real”.
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