
El Slavia fue un dolor de muelas. Salió al campo valiente, sin miramientos. Julen pronto tuvo que ajustarse bien los guantes ante las acometidas de Michez. El árbitro señaló penalti en el minuto 26 por un derribo de Boril sobre Iñaki Williams. Nico estaba dispuesto a asumir el lanzamiento y de repente el VAR llamó para señalar una dudosísima falta de Guruzeta, que pareció una carga.
Lejos de afectarle, el equipo de Valverde creció en ese momento en el partido. Y logró el tanto de la victoria en el minuto 33, cuando Nico Williams soltó un zurdazo que se envenenó tras pegar en Zima. El tanto era un tesoro y los leones lo defendieron con uñas y dientes y el gran Julen hasta el final, con una gran parada en un cabezazo de Chory, cuando un enorme futbolista como Lukas Provod amenazaba por todos los costados.
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