
Iznate se encuentra abrazado por las majestuosas Sierras de Jobo, Camarolos y Tejeda, que se erigen como un arco protector en el horizonte. Este pintoresco rincón malagueño, lleno de luz y color, se presenta como un lienzo vivo donde las calles invitan a pasear y las plazas a celebrar, mientras que la riqueza de su paisaje, con montañas y valles que despiertan la curiosidad, invita a los aventureros a explorar sus rincones ocultos.
Con su historia envuelta en sombras, su nombre árabe, "hisnat", evoca la fortaleza y el orgullo de un pueblo que disfrutaba del privilegio de Behetría, donde sus habitantes elegían su propio destino sin someterse a otros señores. En este mismo territorio nació, en el siglo IX, Omar Ben Hafsun, un rebelde que desafió al Califato, dejando su huella en las páginas de la historia. Tras rendirse a los Reyes Católicos en 1487 y sufrir el silencio de la rebelión morisca, la villa quedó desierta hasta su repoblación en 1574 por orden de Felipe II.
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