La voracidad de este Athletic que ha construido el ilustre Valverde no tiene límites. Ha construido un equipo muy competitivo, que va de cara a por los partidos. El derbi no era cosa sencilla, los rojillos sólo habían cedido ante el Real Betis en casa. Así que fueron a por ello desde el inicio. Nico, Guruzeta e Iñaki, que hizo un trabajo descomunal, amenazaron pronto a Sergio Herrera. Fue justo antes de que Iñaki Williams forzase un penalti por mano que vio el VAR, pero que quedó anulado por una falta señalada en el otro campo a Galarreta, cerca de donde el árbitro no la había visto.
La contrariedad se sumó a otra. Una falta dudosa señalada a Nico terminó con el gol de Torró en el minuto 24, con una volea tras un mal despeje. El Athletic, espoleado por su gran afición, no se rindió y empató pronto. Jauregizar encontró a Iñaki Williams en la banda y su centro fue cabeceado a lo Aduriz por Guruzeta a las mallas.
Simón apareció en el momento oportuno con un paradón a bocajarro a Aimar Oroz antes de la segunda mitad, en la que el Athletic fue muy superior. Y eso que a los bilbainos les sobrevino otro contratiempo: la lesión de Sancet en su tobillo derecho tras desperdiciar una clara ocasión, que obligó a meter a Berenguer.
Un jugadón de Iñaki Williams con varios regates puso en bandeja el doblete a Guruzeta, que se vio frenado por una gran pierna de Sergio Herrera. El Athletic buscó sin desmayo el gol del triunfo y lo encontró con un balón largo de Simón que Berenguer envió a la red con un zurdazo divino. Increíble e inolvidable su año: marcó el tanto que sacó La Gabarra y, de premio, cierra anotando el 2024. Su gol en el minuto 74 terminó con Osasuna, al que sólo le quedó jugar a la tremenda. El famoso Athletic sigue viento en popa, pero queda todo el año que viene para seguir soñando. Pasito a pasito. Y gran premio para Katxorro, nuestro gran chófer en las dos últimas décadas. No pudo tener mejor regalo para su jubilación que esta inolvidable victoria.
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