
Arenas, un pueblo con un aire auténtico andaluz gracias a sus calles empinadas y casas blancas, se encuentra rodeado de montes como el Bentomiz, que ofrece unas vistas impresionantes del mar y la sierra. En sus campos crecen olivos y almendros, y sus famosos vinos moscatel se han convertido en uno de los grandes atractivos de la zona. Además, su entorno natural, con senderos y ríos, lo convierte en un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza.
Al resguardo de la fortaleza de Bentomiz, es un lugar donde se entrelazan las huellas de diversas civilizaciones. Su origen se remonta a tiempos íberos, cuando ya se percibía la importancia estratégica del enclave. Los romanos dejaron sus termas, y más tarde, los árabes consolidaron la localidad como un bastión defensivo. Tras la expulsión de los moriscos, llegaron los repobladores cristianos viejos y en 1869, Daimalos, otro antiguo pueblo de la zona se incorporó a Arenas.
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