
Ubicado en el corazón de la Axarquía, Benamocarra se extiende entre suaves colinas salpicadas de olivos y almendros, enmarcado por el imponente paisaje de la sierra de Tejeda, Almijara y Alhama. Este pintoresco pueblo andaluz, cercano a Vélez-Málaga, conserva el encanto de la tradición con sus casas blancas y estrechas calles, donde el aroma a azahar se mezcla con la brisa del Mediterráneo.
Con raíces árabes reflejadas en su propio nombre, Benamocarra formó parte del reino nazarí hasta la conquista de Vélez-Málaga por Fernando el Católico, momento en el que se rindió junto a otros pueblos de la Axarquía. Durante siglos, la convivencia entre musulmanes y cristianos marcó su identidad, especialmente en el cultivo de la tierra, hasta la expulsión de los moriscos en 1572. A partir de entonces, nuevos pobladores de Puente Genil, Estepa y Antequera repoblaron el municipio, dejando su huella en la cultura local.
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