Sobre el rival: "El Huesca es un equipo muy complicado, diferente a los rivales que nos veníamos enfrentando, porque te deja un poco más el balón, hace el partido un poco más duro y feo”.
Cree todavía en la salvación: "Nuestra obligación es dar el cien por cien y creer, por nosotros, tenemos un vestuario chapeau, todos remamos, aunque no salgan las cosas. Y por la gente, que nos hace el recibimiento y viene al estadio a llevarnos en volandas. Tenemos que intentarlo”.
Asombrado por el recibimiento: “A cualquiera le gusta vivir un ambiente así. Ves las caras de la gente desde la ventana, es un poco de responsabilidad. Están detrás tuya y tienes que darlo todo por ellos”. El centrocampista reconoció que “en la cabeza, a veces, depende de cómo lo enfoques, no es bueno porque sales con demasiadas revoluciones o ansiedad. Pero porque quieres darle todo a esa gente que te ayuda y apoya. Nos hacen un recibimiento que a lo mejor ni merecemos. Es difícil de jugar en estas situaciones”.
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