Este sábado se jugó el segundo encuentro disputado en La Rosaleda sin público tras el reinicio de la competición. Un irreconocible templo blanquiazul al que le faltó su mejor arma, la afición. Al menos, por la megafonía del estadio se escucharon varios de sus cánticos más característicos, lo que ayudó en parte a paliar la ausencia del respetable. Tanto Málaga como Extremadura buscaron dominar la zona ancha del campo, pero fueron los blanquiazules los que acecharon con más peligro a la puerta rival. Hicham y Juanpi estuvieron muy cerca de estrenar el marcador en sendas ocasiones, pero se quedaron a escasos centímetros.
Fue en el 29’ de encuentro cuando Sadiku adelantó al fin a los malaguistas. El ‘9’ remató con contundencia, en el mismo corazón del área, un excelente envío raso de Tete desde el flanco izquierdo. El disparo, inapelable, se encontró violentamente con las mayas, que emitieron un estruendo muy poco reconocible en un fútbol habituado al jaleo de la grada (1-0).
Liberados con el tanto, los locales se lanzaron descaradamente a por el segundo. Juanpi volvió a rozar el gol con una jugada de la casa en el 39’; el zurdo se coló entre defensas dibujando una diagonal desde la banda derecha hasta la medialuna y, una vez encontrada la posición ideal, lanzó un potente y colocado disparo que limó la escuadra del palo largo.
A falta de cuatro minutos para el descanso, el visitante Nono se encontró con un goloso balón tras un centro pasado a escasos metros de la portería malaguista. Ajustó el disparo al ángulo superior derecho, pero Munir respondió con una magistral mano cambiada en el último segundo, despejando a córner la clara opción y dejando una parada asombrosa para la retina de los escasos presentes y los muchos televidentes. Con el resultado de 1-0 se llegó al descanso.
Los primeros compases de la segunda mitad continuaron con una tónica muy parecida al primer tramo. Dominio blanquiazul y mayor actividad en el campo visitante. Los de Pellicer dispusieron de algunas aproximaciones de gol; la más clara fue el duro y seco disparo de Renato Santos al primer palo al minuto de ingresar en el terreno de juego tras sustituir a Hicham (59’). El guardameta contrario, Casto, logró desviar el intento. Todo hacía pensar que el Málaga estaba más cerca de multiplicar su ventaja a que llegase la igualada, pero el fútbol no entiende de sensaciones. A la salida de un córner, en el 64’, el Extremadura firmó las tablas con un remate de cabeza cruzado del visitante Zarfino (1-1) y todo volvió a empezar.
Los minutos empezaron a pesar y la equidad del resultado se extendió sobre el campo. Las alternancias bajaron en número, pero no desaparecieron. Los azulgranas trataron de sorprender con un milimétrico testarazo en el 81’. Cuando ya entraba por la misma escuadra, Munir volvió a dejar helados a los rivales con una parada antológica.
Los malaguistas echaron el resto y exprimieron sus fuerzas. Al filo del final (89’), buscaron la victoria en una peligrosa falta lateral, pero el centro no encontró un claro rematador. Finalmente, una vez cumplido el tiempo reglamentario, el 1-1 se hizo definitivo y se repartieron los puntos.
Fuente e imagen: Málaga CF.
No hay comentarios