
En cuanto al juego, ambos conjuntos trataron de hacerse con el dominio de la posesión y la zona ancha fue la más transitada del verde. Los de Pellicer tomaron la iniciativa y comandaron el ataque con acciones destacables, pero sin demasiado éxito.
La segunda parte arrancó con una tónica similar a la primera. Las escuadras buscaron controlar el cuero y las zagas se mostraron expeditivas en los primeros compases. El eléctrico Joaquín Muñoz, que ya había metido el miedo en el cuerpo de los contrarios en alguna ocasión con sus incursiones, envió un potente y envenenado centro al segundo palo en el 62’ tras una vertiginosa jugada. Allí remató con la cabeza y el corazón Luis Muñoz para rubricar el 1-0. El capitán se impuso por alto a los defensores y alojó el redondo en el fondo de las mayas en una jugada de coraje y fe. El capitán celebró con rabia el tanto que ponía por delante a los suyos y aprovechó para dedicárselo a su compañero Pablo Chavarría -se rompió el ligamento cruzado en la jornada anterior ante el CD Mirandés-.
Cuando ya parecía que el partido legaba a su fin, el colegiado decretó penalti a favor de los locales sobre Luis Muñoz. El 8 agarró el esférico con autoridad y transformó desde los once metros para firmar con un doblete personal el 2-0 (+90’). Tras la celebración, los tres pitidos del árbitro señalaron el final del encuentro.
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